Experiencias de radios comunitarias de pueblos originarios de Argentina

Experiencias de radios comunitarias de pueblos originarios de Argentina

Comunicar el territorio

Sebastián Janeiro y Claudio Vivori dan cuenta de experiencias de radios comunitarias de pueblos originarios que, con diferentes identidades y particularidades, son un servicio a sus comunidades aportando pluralidad de voces y miradas
A partir de la ley 26.522/09 de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) los más de 30 pueblos originarios de Argentina accedieron al derecho de instalar y gestionar sus propios medios audiovisuales, cuestión vedada hasta entonces por el decreto-ley de radiodifusión de la última dictadura cívico militar y sus sucesivas modificaciones en democracia. Así, la LSCA los reconoció sujetos de derecho, es decir, sujetos de la comunicación con derecho a expresar con identidad. Hasta el momento, más de 60 comunidades de 22 pueblos originarios fueron autorizadas para la instalación y funcionamiento de sus propios medios.
A más de 3.000 metros de altura, la Organización de Comunidades Aborígenes de Nazareno creó FM 88.3 OCAN. Concebida como una herramienta de trabajo y comunicación con las 23 comunidades kollas de Nazareno, la emisora resulta un servicio indispensable al lugar, donde los ayllus hacen sus programas comunicando con identidad y aportando al sumak kawsay (buen vivir). Pero la FM OCAN no sólo organiza la lucha por la tierra y el territorio. También recupera y comunica la cosmovisión andina, los derechos de los pueblos originarios, la educación intercultural, las lenguas quechua y aymara, las noticias locales y regionales, las costumbres y saberes, las comidas típicas, la medicina ancestral, las historias y relatos, y las poesías y coplas zonales.
En el 88.5 del dial santafesino FM Aim Mokoilek-Soy Mocoví es una radio de puertas abiertas a las y los vecinos, quienes se acercan para compartir información, realizar pedidos, mandar saludos o solamente participar en vivo. Frente a la carencia de espacios donde expresar su voz y presentar sus problemas, el pueblo mocoví de Colonia Dolores decidió visibilizar el rescate cultural a través de una radio. Atenta a promover la participación de las y los niños y jóvenes, su programación en lengua mocoví y en español invita a disfrutar de cuentos y leyendas, programas musicales, tertulias y noticias locales y nacionales. Así distintos músicos, compositores y conjuntos de chamamé suenan en vivo en la segunda radio mocoví del país. Referencia para pueblos aledaños como San Martín Norte y Colonia Silva, esta “radio con identidad” se erige como “punta de lanza” frente a los medios que no respetan la cosmovisión indígena.
En el norte neuquino FM 89.9 Peuman Hueche-Sueño Joven se define como un servicio para todos, no sólo para los pueblos originarios. A cargo de la comunidad mapuche Huayquillán, la única radio que informa y comunica a Colipilli y alrededores, rescata la historia y cultura mapuche, contagia entusiasmo por aprender y hablar la lengua materna, y promueve la música e instrumentos ancestrales. En una zona rural donde el servicio telefónico e internet está limitado únicamente a la escuela, la radio contribuye a mejorar la oralidad, lectura y escritura de las y los estudiantes de 5to grado de la Escuela 68, quienes producen y realizan “Historia de mi tierra”. Pero un hecho la convierte en una experiencia singular: transmitir y relatar a sus 600 habitantes y a lo largo de 80 kilómetros cada fecha de la Liga Intercultural de fútbol de la Zonal Picunches.
En la ciudad o en el campo, cada una de las seis emisoras del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MoCaSE)-Vía Campesina es una “compañera” más. Gestionadas por los pueblos Lule Vilela, Sanavirón o Vilela, organizan el territorio contra la expansión irracional de la frontera agropecuaria, revalorizan los saberes ancestrales y recuperan el quichua. Sus programas, micros, informativos y campañas promueven la reflexión acerca de la salud, la soberanía alimentaria, el territorio y medio ambiente, la equidad de géneros, la comunicación o los derechos de niñas, niños y adolescentes. Pero también son espacios de formación, como la FM Suri Manta en la Universidad Campesina del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) o la FM Del Monte en la Escuela de Agroecología de Quimilí. Con chacareras, tangos y rocks, cada compañera comercializa los productos agroecológicos del Movimiento o, simplemente, deconstruye la imagen de invasores, perturbadores de la paz social y sujetos atrasados que los medios capitalistas configuran en torno al campesino indígena.
Productoras de acontecimientos, cada una, con su identidad y particularidad, es un servicio a su comunidad que aporta pluralidad de voces y miradas. Radios para denunciar el agronegocio que corre la frontera y expulsa a las poblaciones de sus territorios ancestrales, rescatar la lengua, reafirmar la identidad o cuestionar el discurso único que aborda desde el estereotipo, la discriminación y la carencia de perspectivas. Para convertir a la comunicación en un derecho y un territorio de disputa simbólica y política. Para convertirse en espacios de participación ciudadana. Para romper los silencios y ser quienes comuniquen a los pueblos.
* Dirección de Capacitación y Promoción de la Defensoría del Público
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