
Muy queridos amigos de SIGNIS Argentina:
Han sido días estos de profundo regocijo para todos en SIGNIS. A la satisfacción y gratitud por el gesto de reconocimiento y apoyo de la Santa Sede, se ha unido la alegría por las numerosas felicitaciones que hemos recibido de miembros y amigos de SIGNIS de todas partes del mundo. No tengo que decirles que, entre todos esos mensajes, atesoro especialmente éste que nos hacen llegar ustedes y que compartiré con mis colegas del Ejecutivo y el Secretariado de SIGNIS.
Hablando ahora en un tono más personal, encuentro que hubo siempre algo especial en la relación entre argentinos y cubanos en el mundo de las comunicaciones católicas. Pienso en la hermosa amistad de María Fidelis Tibaldo con nuestras Gina Preval y America Penichet, y recuerdo vivamente la inmediata sintonía entre nuestra pequeña delegación al Congreso de OCIC-Unda en Montreal, 1998, y aquel grupo con el que OCIC Argentina regresaba a la palestra internacional, formado por Ricardo Yáñez, Jorge Oesterheld y Guillermo Russo.
Esa sintonía continuó creciendo y consolidándose con los intercambios más o menos frecuentes y las mutuas visitas, pero sobre todo porque compartimos esta pasión por el cine, unida a una firme voluntad de servicio a Cristo y a su Iglesia, y todo eso lo vivimos en esta asociación que nos esforzamos por edificar.
Que el Señor nos mantenga unidos, dando los frutos que Él espera de nosotros.
Con mi abrazo fraterno,
Gustavo