A A-PELICULAS ARGENTINAS PREMIADAS ENTRE 1964 Y 2002 (OCIC)

A A-PELICULAS ARGENTINAS PREMIADAS ENTRE 1964 Y  2002 (OCIC)
VARIOS
 .
«El Octavo Infierno» de René Mugíca. Mención OCIC, San Sebastián 1964
Por su denuncia sobre las consecuencias trágicas de la falta de solidaridad humana y por exaltar el amor maternal.

«La Historia Oficial» de Luis Puenzo. Premio Ecuménico, Cannes 1984
Con gran valor se aborda en esta película, a través de temas contemporáneos, el tema de la responsabilidad personal en medio de una injusticia colectiva.

«Los Chicos de la Guerra» de Bebe Kamín. Mención OCIC, Río de Janeiro 1984
Esta película refleja la apertura democrática en vigor en el país, por propiciar la reflexión sobre una realidad que se abate sobre muchos países latinoamericanos y por mostrar lo absurdo de una política belicista ejercida por un régimen autoritario.

«Remitente Nicaragua, carta al mundo» de Fernando Birri. Premio OCIC, La Habana 1984
Por expresar la fe en los valores sociales, culturales y espirituales de América latina y lanzar una visión
de esperanza en el porvenir.

«Hombre Mirando al Sudeste» de Elíseo Subiela
Premio OCIC, San Sebastián 1986 y Mención OCIC, La Habana 1986
Este film provoca por su lenguaje sutil, pero cierto y plenamente fotográfico, una verdadera reflexión sobre los valores y las aspiraciones humanas tomándose, al mismo tiempo, en una denuncia de la deshumanización social contemporánea.
Por su interrogación en forma alegórica sobre la falta de comunicación humana y su sugerencia a una solidaridad más efectiva en la sociedad

?Gerónima» de Raúl Tosso. Premio OCIC, Río de Janeiro 1986
Por la profundidad y el respeto con que aborda la cuestión de la aculturación a partir de un hecho real que estimula la reflexión y el debate.

«La Deuda Interna» de Miguel Pereira. Premio OCIC, Berlín 1987 y Mención La Habana 1987
La película muestra con ironía y gran sensibilidad poética, a través de la tragedia del joven indígena Verónico y de su maestro, el difícil camino del pueblo argentino y sus múltiples sufrimientos bajo la dictadura militar.

«La Noche de los Lápices» de Héctor Olivera. Premio OCIC, La Habana 1987
Al denunciar con fuerza y narrando de una manera eficiente las atrocidades de la reciente dictadura militar en Argentina, la película hace ver la dignidad, el valor y la solidaridad con que un grupo de adolescentes afrontan la captura, la tortura y la muerte.
«La Amiga» de Jeannine Meerapfel. Mención OCIC, La Habana 1988
La película resalta la fuerza de consciencia maternal en un contexto donde la amistad supera los conflictos vividos en una situación difícil y compleja.

«Solas o Mal Acompañadas» de Silvia Chanvillard y Laura Búa Mención OCIC, La Habana 1988
Ya que el documental recoge testimonios que muestran una opción clara de la vida en su totalidad, asumiendo los problemas que trae la responsabilidad de una maternidad.

«El Amor es una Mujer Gorda» de Alejandro Agresti Premio OCIC, Festival de Troia 1988
Por su gran impacto visual e intensa forma poética, hace al espectador consciente de la importancia de la memoria individual y colectiva. Denuncia la opresión y acentúa la necesidad de atestiguar sobre las condiciones reales de los pobres y marginados
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«Ultimas Imágenes del Naufragio» de Eliseo Subiela
Premio OCIC, La Habana 1989 y Mención jurado ecuménico, Montreal 1990
Por la excepcional creatividad y originalidad con que la película describe la forma como la vida moderna puede colmarse con 'pequeños signos de gracia' y bondad.

«Yo, la Peor de Todas» de María Luisa Bemberg. Mención OCIC, Venecia 1990
Partiendo de la vida de una religiosa del siglo XVII (Sor Juana Inés de la Cruz), se plantean preguntas acerca del papel de la mujer y la libertad de expresión en la Iglesia católica; temas siempre actuales.

«Después de la Tormenta» de Tristán Bauer. Premio OCIC, La Habana 1990
La película muestra la lucha de un hombre frente a la adversidad en una sociedad cuya profunda crisis económica amenaza con destruirlo. Historia plasmada sin concesiones, como un testimonio de la capacidad del ser humano para seguir adelante pese a las dificultades ambientales.

«El Viaje» de Fernando Solanas. Mención del Jijado Ecuménico, Cannes 1992
A través de un viaje que va del sur al norte dé América Latina, Solanas esboza un vasto cuadro político, pleno de símbolos y metáforas. Filme de denuncia, El Viaje clama por una mayor justicia afianzada en una verdadera búsqueda de identidad.

«Un Lugar en el Mundo» de Adolfo Aristarain. Premio OCIC, San Sebastián 1992
Por su calidad artística, digna y honesta, y por su planteamiento realista de problemas sociales contemporáneos bien armonizados con valores humanos familiares y de amistad, tratados con sobriedad y sensibilidad.

«La Nave de los Locos» de Ricardo Wullicher. Premio OCIC, La Habana 1995
Porque asume, con gran calidad fílmica, uno de los grandes conflictos del continente, de una manera sanadora y esperanzadora, valorando la dignidad del hombre y reconociendo la fe como eje existencial de la naturaleza humana.

«Jaime de Nevares, Ultimo Viaje» de Carmen Guarini y Marcelo Céspedes Mención OCIC, La Habana 1995
Porque con un interesante recuento presenta el testimonio de un pastor que fue, por sobre todo, fiel a sus principios, ejerciendo su autoridad con espíritu de servicio, lo que permitió llegar a todo el mundo, fuesen o no católicos.
«Si?/ de Otoño» de Eduardo Mignogna. Premio Especial OCIC; San Sebastián 1996 Por ofrecer, con notable calidad artística e interpretativa, un panorama optimista y esperanzador sobre la posibilidad de nuevas relaciones humanas ante la soledad y la marginación que pueden sufrir tantas personas mayores en la sociedad actual.

«Buenos Aires Viceversa» de Alejandro Agresti. Mención OCIC, Mar del Plata 1996
Por el tratamiento original e incisivo de cómo una generación asume las heridas de un doloroso pasado.

«El Dedo en la Llaga» de Alberto Lecchi. Premio Especial OCIC, La Habana 1996
Por su mensaje universal de aliento y esperanza, que plantea que es posible, aún en circunstancias adversas, trabajar con realismo por cambiar la realidad en el sentido de mayor compromiso, participación y justicia.

«Plaza de Almas» de Fernando Díaz . Gran Premio OCIC, Mar del Plata 1997
Por la mirada cariñosa y comprensiva hacia los humildes que luchan cada día por sus sueños y sus seres queridos
.
«Pizza, birra, faso» de Bruno Stagnaro y Adrián Caetano Premio Especial OCIC, Mar del Plata 1997
Por la forma de reflejar un sector de marginados que pese a todo, mantiene su nobleza.

«Cenizas del Paraíso» de Marcelo Piñeyro . Gran Premio OCIC, La Habana 1997
Por la exaltación de los valores humanos y familiares, frente a la injusticia y la corrupción.

«Bajo Bandera» de Juan José Jusid . Premio Especial OCIC, La Habana 1997
Por su valentía al tratar dignamente un tema escabroso, resaltando valores éticos fundamentales.

«Líneas de Teléfonos» de Marcelo Brigante
Premio del Jurado de la Producción Cinematográfica Internacional Católica en Alemania, Oberhausen 1997
Por reavivar la memoria de los desaparecidos en Argentina y demostrar que el pasado sobrevive en el presente y que la memoria viva es una puerta universal y política esencial.

«El Faro» de Eduardo Mignona. Premio Ecuménico, Montreal 1998
Con una simplicidad particular y fresco humor las dos heroínas permanecen inmutables ante los varios obstáculos que deben afrontar en esta película que rescata la aventura de vivir. Ellas y sus allegados demuestran el poder de la solidaridad y el amor frente a la pérdida y la fragilidad de las circunstancias personales que están siempre presentes.

«Tinta Roja» de Marcelo Céspedes y Carmen Guarini. Premio Especial OCIC. DERHUMALC 1998 Por mostrar a través de un excelente lenguaje cinematográfico
el trabajo de periodistas de un medio gráfico que con humanidad acompañan la vida cotidiana de los sectores populares que en él se sienten reflejados.

«Dársena Sur» de Pablo Revero . Premio Especial OCIC, DERHUMALC 1998
Por denunciar tres historias de jóvenes sin futuro en un medio ambiente que los agrede y condiciona en sus aspiraciones de vida.

«La Expresión del Deseo» de Adrián Caetano. Premio Especial OCIC, DERHUMALC 1998
Por la forma realista de narrar y reflejar como viven dos sectores marginales ante la indiferencia de la
mayoría de la sociedad.

«¡Ratas!» de Dieauillo Fernández y Diego Sabanes. Premio Especial OCIC, DERHUMALC 1998
Por presentar una metáfora sobre la sociedad actual donde lo distinto o diferente es marginado e incluso
condenado a desaparecer.

«Mundo Grúa» de Pablo Trapero
Premio Especial OCIC, Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente 1999 y Premio Ecuménico, Friburgo 2000
Por la dignidad con que el protagonista asume sus limitaciones de sobrevivencia.

«Garage Olimpo» de Marco Bechis. Gran Premio OCIC, La Habana 1999
Por su sobria y estremecedora contribución a mantener la memoria de un país, tratando el tema de la represión política con una gran capacidad de introspección.

«Sólo Gente» de Roberto Maiocco. Premio Especial OCIC, La Habana 1999
Por representar con gran sensibilidad las preocupaciones de la profesión médica, poniendo a la persona en el centro de la atención.

«Río Escondido» de Mercedes García Guevara. Premio Especial OCIC, La Habana 1999
Por su búsqueda de un lenguaje cinematográfico capaz de expresar el mundo interior de una mujer que enfrenta un dramático giro en su vida.

«Botín de Guerra» de David Blaustein. Premio Ecuménico, Berlín 2000
Describe el denodado esfuerzo de las Abuelas de Plaza de Mayo por encontrar a sus nietos, nacidos en cautiverio o secuestrados durante les años de la dictadura militar argentina (1976-1983). Pone de manifiesto la valentía sin odio de estas mujeres, a partir de su particular experiencia negativa. La búsqueda de la verdad y de la propia identidad en el amor familiar puede ser camino de curación de las heridas entre generaciones. Esta película puede sembrar semillas de reconciliación donde todavía no ha sido posible.

«Nueces para el Amor» de Alberto Lecchi. Premio OCIC, Viña del Mar 2000
Por mostrar con logrado lenguaje cinematográfico, la búsqueda y defensa del verdadero amor, abriendo esperanza en un marco histórico, político y cultural adverso.

«El hijo de la novia» de Juan José Campanella. Gran Premio OCIC, La Habana 2001
Por reflejar de modo diáfano y asequible dos actitudes ante el compromiso familiar. La del hijo, abrumado por priorizar siempre su modo de vida material. El mensaje de poder rectificar y empezar de nuevo, que brota de la generación más vieja, es finalmente comprendido por el hijo. A sus valores humanos, la cinta de Campanella aúna un formidable guión y excelentes interpretaciones de todos los actores principales.

«Caja negra» de Luis Ortega. Mención Signis, Mar del Plata 2002
Por invitar a una mirada de la realidad del país, desde personajes marginados socialmente por su apariencia, descubriendo en ellos la verdadera belleza humana, que es la entrega al otro.

«Tan de repente» de Diego Lerman.
Mención Signis, Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente 2002
Porque con un lenguaje innovador rescata el sentido de humanidad, apelando a personajes que
descubren la posibilidad de un cambio cualitativo.

«Historias minimas» de Carlos Sorín. Mención Signis, San Sebastián 2002
Por la habilidad narrativa de ubicar en la geografía de la Patagonia tres historias que hablan de seres, deseos y esperanzas universales.

«Lugares Comunes» de Adolfo Aristarain. Mención Signis, La Habana 2002
Por abordar un conflicto existencial con un enfoque profundamente humano, un tono equilibrado y un ritmo sostenido, enfatizando la vigencia de valores como la coherencia de la vida y la fidelidad conyugal.

 
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