El presente documento es el producto del debate y acuerdo de las instancias
gubernamentales y organizaciones sociales nucleadas en el Consejo Asesor de la
Comunicación Audiovisual y la Infancia. No se trata de una receta acabada, sino de una base
para construir medios audiovisuales de calidad para la niñez y la adolescencia.
1. Promoción, protección y defensa de Derechos.
Contenidos de la programación compatibles con los Derechos de los Niños, Niñas y
Adolescentes, sus principios, fundamentaciones y regulaciones (en el marco de la Convención
Internacional de los Derechos del Niño y Leyes Nacionales y provinciales: de Protección
Integral de Niñas, Niños y Adolescentes 26.061, Ley de Servicios de Comunicación
Audiovisual 26.522 y Ley Nacional de Educación 26.206).
2. Diversidad.
Incorporación de la diversidad en sus dimensiones: cultural, de género, de ideas y formas de
entender el mundo, de capacidades, contextos sociales y realidades socioeconómicas, credos,
orígenes, rasgos físicos y lenguas. En la grilla de programación ha de estar presente, también,
la diversidad de géneros, estéticas, formatos y procedencia, fuente u origen de los
contenidos.
3. Federalismo.
Promoción del respeto y la presencia en pantalla de las realidades de las diferentes regiones y
provincias del país, impulsando especialmente una producción de contenidos de carácter
federal.
4. Voz propia.
Inclusión de las perspectivas de niñas, niños y adolescentes, a través de sus voces, opiniones,
intereses y puntos de vista, prestando atención a las diferencias originadas en su pertenencia
social, evitando la estigmatización y propiciando una contribución activa de ellos en la
generación de los contenidos.
5. Dignidad
Incentivo de la autoestima y promoción de la integridad y el respeto a la identidad, evitando
situaciones de humillación o ridiculización, la transmisión de prejuicios y estereotipos o
cualquier otra forma de discriminación. Contribución a la comprensión social de niñas, niños y
adolescentes como sujeto de derecho. La violencia física o simbólica no debe ser apelada
como forma de entretenimiento o como vía de resolución de conflictos.
6. Hábitos saludables.
Producción y difusión de mensajes apropiados al público al que van dirigidos desde el punto
de vista cognitivo, emocional y de desarrollo, evitando incentivar el consumismo y las
conductas destructivas y auto-destructivas. Promoción de hábitos de cuidado del cuerpo y el
ambiente, evitando la emisión de mensajes que inciten a una nutrición de baja calidad y al
consumo de sustancias psicoactivas. Exclusión de estereotipos corporales que puedan llevar
a afecciones derivadas de trastornos alimenticios.
7. Identidad.
Integración de las particularidades locales y la cultura propia de cada región del país,
promoviendo el respeto y la difusión de las diversas lenguas en uso en nuestro territorio
nacional. Los contenidos audiovisuales deben tender a afianzar los vínculos que niñas, niños y
adolescentes tienen con sus comunidades.
8. Capacidad crítica.
Estímulo de la capacidad de observar y analizar críticamente las representaciones de la
realidad que ofrecen los medios de comunicación, propiciando la reflexión, la creatividad y la
imaginación.
9. Curiosidad.
Fomento de la creatividad e incentivo del interés por la investigación, la experimentación, el
placer del descubrimiento, la búsqueda del conocimiento y todos los lenguajes artísticos.
10. Participación.
Promoción de la construcción de ciudadanía mediante el ejercicio de los derechos, la
participación, la organización social y los valores de la cultura democrática.
11. Información.
Acceso a información local, nacional e internacional, contextualizada y adaptada a la
comprensión de niñas, niños y adolescentes, que aporte a la comprensión de los procesos
sociales en esas tres instancias, evitando la morbosidad e imágenes crueles y escenas
violentas que no resulten imprescindibles para la conocimiento del hecho noticioso.
Observación de la protección integral en las noticias que involucren a niñas, niños y
adolescentes, no aportando datos que permitan su identificación pública en situaciones de
violencia.
12. Recreación.
Impulso a la diversión, al tiempo libre, al esparcimiento saludable, al juego, incentivando a la
actividad física, más allá de las pantallas y las tecnologías.
13. Audiencias.
Distinción de las diferentes edades, posibilitando identificar los grupos etarios a los que, en
cada caso, se dirige la programación mediante los temas como por los tratamientos elegidos.
Consideración responsable sobre la posibilidad de que los contenidos audiovisuales lleguen a
un público de menor edad al identificado como destinatario.
14. Producción.
Jerarquización de la producción dirigida a los niños y adolescentes como una especialidad
compleja, que debe reunir los mayores estándares en materia de los recursos invertidos, la
tecnología utilizada, la actualidad de temas y abordajes, el tratamiento técnico y estético y la
creatividad y originalidad puestas de manifiesto. Observación estricta de las normativas
respecto del trabajo infantil cuando participen niños en las producciones audiovisuales,evitando someter a los niños más pequeños a situaciones traumáticas innecesarias.